Ponencia para el 1er congreso de marketing político e inteligencia electoral
Universidad central de Veracruz
18 de mayo 2012
Por Cristo León.
6 mayo 2012
Cuando el fenómeno de las redes sociales inició, muchas compañías y políticos decidieron esperar un poco para reconocer el posible impacto de estas en la sociedad, decidieron participar en ellas a través del distanciamiento, el desconocimiento, o simplemente por no participar de ellas. Algunos cuantos emprendedores iniciaron su camino sin comprender en su totalidad los peligros que residen en este “Reino peligroso”. El catastrófico aprendizaje de estos pioneros alertó a los demás de los grandes peligros que yacían en este medio: ¿Cuáles fueron esos errores?, ¿Qué salió mal?, pero sobre todo ¿Qué tenemos que hacer para no cometer los de nuevo?
Tres grandes errores.
Uno de los primeros errores que cometieron los mercadólogos, publicistas, asesores y sobre todo los políticos. Fue creer que las redes sociales o el social media, era un medio que podía ser controlado o enfrentado con las mismas herramientas que los que los medios tradicionales.
El segundo error es restarles importancia a las redes sociales, están aquí, están creciendo y ganando fuerza con cada día que pasa por el simple hecho de cada día hay más usuarios de las mismas.
El tercer error es la simple negligencia de no tener políticas definidas sobre el uso de las redes sociales, el desconocimiento de las mismas es la sinrazón de entrar un juego sin saber las reglas, los objetivos, las herramientas y los beneficios del mismo.
1.- Restarles importancia.
El segundo error es restarles importancia a las redes sociales, están aquí, están creciendo y ganando fuerza con cada día que pasa por el simple hecho de cada día hay más usuarios de las mismas.
2.- Carecer de políticas y manuales de uso.
El tercer error es la simple negligencia de no tener políticas definidas sobre el uso de las redes sociales, el desconocimiento de las mismas es la sinrazón de entrar un juego sin saber las reglas, los objetivos, las herramientas y los beneficios del mismo.
3.- Desconocer el poder y naturaleza de las redes sociales.
Mucho se ha hablado acerca de la democracia implícita en las redes sociales, tomaré por ejemplo a Twitter. Cada persona tiene voz propia, cada idea expresa tiene el potencial de convertirse en un “Trend”, y el proceso por el que lo hacen nos recuerda la definición de democracia procedimental de Adam Przeworski. (1991).
Incertidumbre Ex Ante.- Cada “trend” tiene la misma posibilidad de obtener más “votos” (RT: Retuits, personas que reenvíen el mismo mensaje).
Certidumbre Ex Post.- El “trend” más votado se convierte en el ganador (TT: Trending Topic, trend del que todas las personas están hablando)
Repetitividad. – El “trend” que pierde, lo único que quiere es volver a contender bajo las mismas reglas bajo las cuales perdió. (Al día siguiente).
Este grado de libre albedrío, con grandes similitudes al organismo vivo de mayor éxito en el mundo, el virus, hace de Twitter el verdadero monstruo de las 1000 cabezas quién, a manera de la mitológica hidra, crecerá dos cabezas nuevas ahí donde una fue cortada.
Los medios tradicionales, son el cuarto poder, y como tal son susceptibles a la corrupción. El poder tiene una tendencia natural a ser blandido en pocas manos.
Las redes sociales o social media, son el poder de expresión en las manos de todos. Pues aún quién no tiene acceso internet en su casa, aunque no sepa escribir, tiene acceso a un amigo o familiar quien pueda darle voz virtual a cualquier pensamiento.
¿Cuál fue el error?
Desconocer el poder y naturaleza de las redes sociales.
¿Qué salió mal?
Egocentrismo, exceso de confianza, falta de previsión.
¿Qué tenemos que hacer para no cometer los de nuevo?
Estudiar y vivir en carne propia las redes sociales, crear un perfil público en Twitter.
Fuentes
Przeworski, A. (1991). Democracy and the Market. Political and Economic Reforms in Eastern Europe and Latin America, NY, Cambridge University Press, (capitulo 1)
Tolkien, J. (2009). Cuentos desde el reino peligroso. Ensayo Sobre los cuentos de hadas, Planeta Publishing Corporation, pags 352