Ante el conflicto que se vive en Ucrania, país de Europa Oriental ubicado a orillas del mar negro, al cual la potencia mundial de Rusia ha decidido invadir y atacar con armamento pesado, desatando una guerra inconcebible en pleno siglo XXI, que ha provocado, como toda invasión armada, destrucción, muerte, desolación y el sufrimiento de miles de familias ucranianas sumando a ello la preocupación mundial ante la posibilidad de que el conflicto escale a niveles indeseables.
En CRISTO LEON DIGITAL MENTORING (CLDM) nos sumamos a la condena internacional surgida ante la invasión de Ucrania realizada por Rusia. Ucrania es una nación soberana que no representa una amenaza para los demás países, y las agresiones de Rusia ponen vidas en peligro, han creado una crisis masiva de refugiados y afectan el orden mundial actual. Es una afrenta a la democracia y a la paz internacional. El riesgo de una escalada catastrófica es tan real que ha elevado la amenaza de una detonación nuclear a niveles que no hemos experimentado desde la 2ª. Guerra Mundial. Tal parece que se ha borrado de la memoria el desastre de Hiroshima y Nagasaki y se pasan por alto las repercusiones que prevalecen en la actualidad. La cantidad de armas nucleares en todo el mundo se redujo drásticamente desde 1990, pero nueve países todavía tienen aproximadamente 13,000 armas nucleares en la actualidad.
La crisis de Ucrania es un lamentable estudio de caso de por qué debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que el mundo admita que las armas nucleares no nos hacen más seguros. La posibilidad de una detonación nuclear continúa representando una amenaza existencial para la humanidad y nuestro medio ambiente.
Debemos actuar de inmediato y encontrar soluciones que terminen con este terrible suceso propio de pueblos bárbaros, acontecimiento totalmente reprobable en las civilizaciones contemporáneas. Sólo podemos suponer que intereses mezquinos son lo que impiden que se respete la determinación de elegir cómo quiere vivir cada país. No, no podemos permitir que esto suceda, CLDM se une al llamado que reclama una solución pacífica al conflicto de manera expedita.
Las armas nucleares deben verse como una responsabilidad, no como un activo, y ciertamente no como algo que mantenga a un país más seguro, la seguridad la alcanzaremos trabajando por la paz y el desarme mundial, logrando acuerdos humanitarios, pues nada justifica las pérdidas y destrucción que conlleva una guerra. Agradecemos la tenacidad y persistencia, de las organizaciones privadas y públicas quienes están trabajando para reducir los riesgos que plantean las armas nucleares, sin embargo, ante la actual situación es notorio que falta mucho por hacer y que es necesario agregar la participación de la sociedad civil.
Si bien los próximos días parecen inciertos y aterradores, seguimos confiando en la capacidad del ser humano para ayudar a crear un mundo más seguro frente a las armas nucleares. Anhelamos la proliferación de brazos caídos que se nieguen a empuñar un arma contra otro ser humano. Ronald Reagan y Mikhail Gorbachev dijeron en 1985 que “la guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar”. Estas palabras todavía resuenan hoy.
Nuestros pensamientos van a las miles de familias Ucranianas, quienes están viviendo un momento extremadamente complicado, el cual acaso apenas podamos tener una vaga idea a través de los medios de comunicación, algunos no exentos de manipulaciones. Hacemos votos por que prevalezca la cordura en los líderes mundiales.