Entre las diversas manifestaciones lúdicas de la humanidad, el juego de rol de mesa se destaca como el más asombroso. Mientras que otros juegos pueden interpretarse como extensiones de capacidades específicas—por ejemplo, los juegos de rol amplían y transforman identidades, y los juegos de mesa reflejan y se adaptan a contextos particulares—el juego de rol de mesa trasciende tales límites. Este se erige como una simulación compleja y un simulacro que convoca tanto la memoria como la imaginación, permitiendo a los participantes explorar narrativas y realidades alternativas de manera profunda y multifacética. Este enfoque invita a reflexionar sobre la intersección entre la creatividad y la identidad, y cómo estos espacios lúdicos pueden ser un vehículo para la transformación personal y colectiva.
Crisot Leon, 2008.
P.D. Inspirado en la célebre frase atribuida a Jorge Luis Borges —»El libro es un sueño que sostienes en tus manos»—, esta reflexión extiende esa idea al juego de rol de mesa, donde la simulación y la memoria se unen para construir realidades y narrativas que trascienden lo tangible.